Esta semana se anunciaba la portada del mes de enero de la edición estadounidense de Vogue. En esta ocasión, la revista apuesta por cuatro portadas diferentes, protagonizadas por cuatro mujeres diferentes. Todas ellas han sido fotografiadas por la conocidísima Annie Leibovitz.
Como si fueran los propósitos de Año Nuevo, Vogue USA nos presenta los valores del Año Nuevo, representados por cuatro mujeres de éxito. A todas ellas parece esperarles un año prometedor y Vogue apuesta por ellas: Rosalía, anunciando su tercer disco, Naomi Osaka, una de las mayores promesas del tenis japonés, la modelo Paloma Elsesser y la actriz Frances McDormand.




Vogue USA, Enero 2021 © Fotografías de Annie Leibovitz para Vogue
ANNIE LEIBOVITZ
Sin embargo, me interesa especialmente la quinta mujer protagonista del mes de enero: la fotógrafa Annie Leibovitz. No es casualidad que la revista Vogue la haya elegido para poner en marcha esta campaña.
Annie Leibovitz es una de las fotógrafas estadounidenses con mayor reconocimiento a nivel nacional e internacional. No existe ninguna duda de que alguna vez has observado sus fotografías y es que su extensísima obra se ha publicado en Vanity Fair, Rolling Stone o The New York Times.
Suyas son algunas de las fotografías más célebres de la historia: la famosa instantánea de John Lennon desnudo abrazado a Yoko Ono, la portada de Vanity Fair protagonizada por Michael Jackson de 1988, la portada del disco Born in the USA de Bruce Springsteen o el reportaje de Vanity Fair de Isabel II.






La Reina Isabel II de Inglaterra © Fotografías de Annie Leibovitz para Vanity Fair
Después de estos ejemplos, uno empieza a hacerse a la idea de cuál es el estilo de esta fotógrafa: sus fotografías son ostentosas, con un equipo amplísimo en cada una de sus sesiones, un gran trabajo de postproducción y sus retratados suelen cargar con una fama tan importante como la suya propia.
Aunque no lo parezca, Annie Leibovitz no siempre trabajó de esta manera. Antes de la fotografía digital, una joven Annie Leibovitz fotografiaba las protestas estadounidenses, la política y el espíritu del rock ‘n’ roll de los setenta. Con tan solo 23 años consiguió el puesto de jefe de Fotografía en la revista Rolling Stone y, en 1975, tuvo la oportunidad de fotografiar la gira internacional de los Rolling Stones.
Con el tiempo, ella misma se convirtió en una celebridad y, en 2004, con el fallecimiento de su pareja, la conocida teórica Susan Sontag, publicó parte de su intimidad en un libro que posteriormente se convertiría en una exposición fotográfica, con fotografías personales alejadas de las grandilocuentes a las que nos tiene acostumbrados hoy en día.

Susan Sontag © Annie Leibovitz
En una entrevista para Vogue, Leibovitz habla sobre su relación con Sontag y sobre la inspiración de este proyecto: «Dejé que mis emociones huyeran conmigo. Cuando la conocí, me encontraba a mitad de mi carrera, a finales de los ochenta. Tuve que retratarla, y a partir de ahí nos unimos mucho. Ella me decía que yo era buena, pero que podía ser mejor. (…) Susan instaló en mí la necesidad de mejorar. Por ella diversifiqué y amplié mis objetivos. Por ella fui a Ruanda, a Sarajevo, me tomé las cosas mucho más en serio y dejé de reírme del mundo»
Personalmente, me gusta mucho más su trabajo alejado del mundo de la moda. Cuando observo sus fotografías con toda esa superproducción, la escena me resulta un tanto teatral. Sin embargo, cuando observo su trabajo personal, me es infinitamente más emotivo. Por supuesto, la calidad de toda su obra es innegable y es una suerte poder seguir disfrutando de su trabajo.